Simuladores: cuando la prueba se anticipa al resultado

¿Cuántas veces habremos escuchado que la teoría está muy bien pero que nada como la práctica para saber realmente cómo funciona algo? Desde las lecciones de la universidad hasta las técnicas médicas, los experimentos de laboratorio etc. quedan en nada si no se llevan a cabo en el terreno práctico pero… ¿Qué ocurre si no se está del todo seguro de lo que se enuncia? Para ello existen los simuladores: programas que te trasladan la teoría al terreno real de forma virtual, de forma que lo que ocurra o reproduzca no tenga efectos. Es lo que ocurre por ejemplo con un simulador de préstamos, donde su uso no conlleva la aceptación o el cumplimiento del resultado, sino que únicamente nos muestra qué ocurre, cuánto recibimos y cuánto pagamos si se aplican las condiciones introducidas.

Una herramienta vital para la toma de decisiones

¿Por qué es tan importante contar con un simulador en cualquier materia? Hay ocasiones en las que no podemos contar con la incertidumbre del: ¿Y si…? Hay una premisa médica de que cuando un “y si” aparece, se ponen en riesgo vidas: es decir, que tenemos que caminar seguros en la toma de decisiones y no dudar sobre nuestras acciones o nos pueden llevar a fallar.

Por ello, gracias a los simuladores podemos responder a ese ¿Y si? Antes de que éste se produzca, teniendo la certeza de que el camino tomado es el correcto, ya que así lo hemos visto en la pantalla o en el campo de pruebas. Por ejemplo, ¿Cómo podríamos saber exactamente cuanta cantidad de dinero destinar a la devolución de un préstamo si no lo simulamos? Sin esta herramienta y sin asesoría podríamos llegar a pensar que nos llega con una cantidad lo suficiente para cubrir nuestras necesidades sin haber tenido en cuenta otros factores como el tiempo de devolución y el interés, convirtiendo el préstamo en un problema añadido más que la solución que debe ser.

simuladores

Una herramienta imprescindible para el avance

Por otra parte los simuladores no sólo nos muestran qué pasaría, sino que también nos ayudan a corregir aquellos aspectos que en el simulador vemos que han producido fallos. Esto ocurre con la ciencia sobre todo, pero volviendo al ejemplo económico, imaginaros que en esa simulación de préstamo, vemos que se nos queda una cuota más elevada de lo que pensábamos según las condiciones introducidas. Corrigiendo el campo del tiempo de devolución podemos reducir la cuota y conseguir la finalidad que nos interesaba: pagar menos cada mes.

Volviendo al terreno de la ciencia, ¿Qué hubiese sido de la historia de los ordenadores personales habiendo tenido esta tecnología disponible desde un primer momento al alcance de Apple o Microsoft? Steve Jobs en una de las conferencias que tanto le gustaba dar indicó en una ocasión a la pregunta de por qué ponía una serie numérica al final de sus computadoras, que esto era motivado porque indicaba el número de veces que lo había prototipado hasta llegar al resultado final… ¿Os imagináis el notable desarrollo de la ingeniería si el ensayo prueba-error hubiese pasado a mejor vida en aquella época? Pues esta pregunta la tenemos respondida hoy día gracias entre otros, a ingenios como el de la simulación.

 

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