La impresión digital plv cartón es un factor muy importante para lograr que el expositor resulte llamativo y cumpla, por tanto, con su cometido de ser un reclamo publicitario y de conseguir incentivar las ventas. Por eso, un buen fabricante de expositores debe de ofrecer, además de un diseño cuidado, un buen trabajo de impresión digital.
Se trata de atraer las miradas de los clientes potenciales que se acercan a comprar un ´articulo y que tienen ante sí una gran cantidad de opciones para adquirir. Pero también de transmitir una imagen muy concreta, como por ejemplo la de un producto de calidad y muy cuidado, algo que no se consigue con una caja con una impresión pobre o de baja calidad.
El diseño, por tanto, es importante, pero la impresión y la fabricación no lo son menos y van a ser responsables de la imagen final del expositor.
Resaltar en medio de la competencia
Es importante resaltar en medio de la competencia y esto se consigue con impresiones de gran calidad que llamen la atención. Por eso, cada vez se van consiguiendo tintas más sofisticadas que consiguen los efectos más llamativos, como por ejemplo los pigmentos metalizados que logran darle al expositor la apariencia de estar fabricado en metal, por poner un ejemplo, lo que hace que resalte en medio del resto.
También se consiguen efectos gracias a fotografías de calidad o diseños de dibujos que se combinan con una impresión de alto nivel, como por ejemplo los efectos en tres dimensiones que se logran en algunas imágenes y que consiguen que las miradas se detengan sobre el expositor.
Mostrar los colores de la marca
A veces, la función del expositor es mostrar los colores de la marca que son lo que la define y hacen que sea diferente del resto. Gracias a los colores de la marca, la gente puede diferenciar un producto determinado entre otros muchos de un solo vistazo. Por eso es muy importante que cuando se realiza la impresión en el expositor, el color sea totalmente fiel. De otra manera, se estaría anulando este importante instrumento de reclamo.
Algunas de estas tonalidades están muy dentro del subconsciente de la gente, como por ejemplo la caja azul de Nivea, con su tono tan característico; o el rojo de la Coca-Cola. Fallar en alguno de estos colores tan característicos sería un error garrafal para el fabricante.