PERITO EN FALSIFICACIÓN DE OBRAS DE ARTE

Los falsificadores y por ende las falsificaciones han existido siempre, y es que ya los egipcios conocían la falsificación de joyas, también se tiene conocimiento de que en la Grecia clásica tuvieron problemas con la falsificación de obras de arte, mientras que durante el Imperio Romano era un delito frecuente, lo que les obligo a crear la primera legislación de la historia sobre las falsificaciones.

Actualmente la falsificación de obras de arte es el tercer gran negocio a nivel mundial hablando de ella en términos absolutos, sin importar sí es un acto lícito o ilícito, solamente superado por el narcotráfico y el tráfico de armas.

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Cuando el arte comenzó a secularizarse los objetos artísticos e históricos comenzaron a adquirir una función eminentemente decorativa, representando la erudición, capacidad económica y clase social de sus poseedores, siendo precisamente aquellos que se querían beneficiar de la capacidad económica y los que por querer tener cierto estatus social son los que van a comenzar a falsificar obras de arte. Por estas razones la obra de arte falsificada se transforma en una mercancía que tiene un valor de cambio o un precio de venta que se cuenta inflado, para ello es necesario que esta obra de arte entre dentro de los círculos del comercio internacional en los que la ley de la oferta y la demanda va a mover miles de millones de euros en todo el mundo.

Es necesario tener en cuenta que las falsificaciones de arte son por lo general, muy cuidadas y pueden llegar a pasar por ser un original hasta para un ojo experto sí solamente se realiza una inspección superficial de la obra. Por estas razones un perito judicial especializado en la falsificación de obras de arte ha de valerse de ciertas técnicas instrumentales que propone la química y con las que va a ser posible la determinación de sí una obra de arte es una falsificación o no.

Una de las opciones que puede utilizar un perito en falsificación de obras de arte para determinar la autenticidad de una obra es realizar un examen óptico. Para llevar a cabo este método es necesario la utilización de una fuente de luz natural o artificial. Cuando se utiliza esta metodología para examinar la autenticidad de una obra de arte, el perito ha de tener presente que la luz natural deteriora la obra, por esta razón es necesario que la obra este expuesta el menor tiempo posible a la acción de los rayos del sol. Para evitar este deterioro lo que se utiliza por parte de los peritos especializados es una luz artificial que aunque también degrada la obra esta luz es menos dañina que la natural, y para poder realizar la observación es necesaria la utilización de una lupa de aumento y una fuente luminosa de 250W de potencia.

A la hora de colocar la luz esta puede ser utilizada en tres posiciones diferentes:

  • Luz frontal: Abarca la totalidad de la obra, y permite conocer sí existen desprendimientos de las capas superficiales, retoques deficientes, sí el barniz se ha precipitado y oscurecido sensiblemente, presenta excoriaciones o roturas, manchas indicativas de cultivos de hongos por exceso de humedad, descamaciones o cuarteamientos por desecamiento o excesivo calor que disuelve o pulveriza las encoladuras del sostén, también favorece el descubrimiento de grietas por deficiencias de los pigmentos o el preparado de los sostenes.
  • Luz a 45º de proyección: En este caso este tipo de luz va a determinar el estado de tensión de la tela, los incipientes desprendimientos, falta de adherencia, niveles alterados por restauraciones deficientes anteriores, parches y suturas fuera de nivel.
  • Luz rasante con variación de lados y ángulos, mostrando las mínimas anomalías existentes en los niveles de toda la superficie de la obra, las ampollas, ondulaciones y restauraciones imperfectas.

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